Carnaval y Carnavalización
Carnaval reino utópico de la libertad, de la universalidad y de la igualdad humana, donde las tensiones no se rompen sino que se concilian. En la Edad Media era la segunda vida del pueblo. La visión carnavalesca del mundo medieval sería la de una segunda vida, un segundo mundo de la cultura popular, la parodia de la vida ordinaria.
El Carnaval desaparece con la distancia entre los hombres, entre lo sagrado y lo profano, es la parodia del cotidiano, una parodia que niega, rescata y renueva. Una parodia que refleja un mundo no oficial, rompiendo momentáneamente con las relaciones de jerarquía, privilegios, reglas y tabúes. Es la ruptura del tiempo cronológico y lineal, un regreso del hombre al tiempo mítico de los orígenes.
viernes, 13 de febrero de 2015
Carnaval, carnavalización y literatura
El Carnaval es el reino utópico de la libertad, de la
universalidad y de la igualdad humana, donde las tensiones no se rompen, sino
que se concilian. En la Edad Media era la segunda vida del pueblo. La visión
carnavalesca del mundo medieval sería la de una segunda vida, un segundo mundo
de la cultura popular, la parodia de la vida ordinaria.
El Carnaval desaparece con la distancia entre los hombres,
y entre lo sagrado y lo profano. Es la parodia del cotidiano, que niega, rescata
y renueva. Parodia que refleja un mundo no oficial, rompiendo momentáneamente
con las relaciones de jerarquía, privilegios, reglas y tabúes. Es la ruptura
del tiempo cronológico y lineal, un regreso del hombre al tiempo mítico de los
orígenes.
Diferente del
espectáculo teatral, el Carnaval ignora
la distinción entre actores y espectadores. Los espectadores no asisten al
Carnaval, sino que lo viven. Durante los días de Carnaval no hay otra vida que
la del propio Carnaval. Él está ubicado entre el arte y la vida. La naturaleza
misma del Carnaval es que provisoriamente el juego se transforma en vida real.
La risa carnavalesca es jocosa, ambivalente, alegre y
llena de alborozo, pero a la vez, burlona y satírica que niega y afirma. La risa
carnavalesca el sistema no prevé, diferente de la que entretiene con función
catártica de alivio de tensiones – algo ya previsto y esperado como en el
teatro.
Por ser ambigua, la risa del pueblo es jocosa y a la vez
destructora y desempeña en la práctica carnavalesca un papel primordial. La
risa popular carnavalesca no es solo satírica, o sea, la que niega, usada
solo para divertir, ella es ambivalente, pues niega, resucita y restablece.
El lenguaje carnavalesco se caracteriza por la lógica
original al revés, por las contradicciones, parodias, inversiones,
degradaciones, coronamientos, derrocamientos y del burlesco. En su discurso el
carnaval es dialógico, polifónico e intertextual. Son varios textos (voces) superpuestos, siendo difícil encontrar una identidad entre ellos.
Mijail Bajtín, en sus estudios sobre la práctica social
del Carnaval, establece que la cultura carnavalesca es un aspecto fundamental de
la cultura cómica popular. El discurso carnavalesco, dialógico y polifónico,
entraña siempre una subversión de valores. Según el autor, el Carnaval siempre influyó en la literatura
desde la antigüedad.
Las relaciones del Carnaval con la actividad literaria
son definidas por él mediante el concepto de carnavalización, el cual se refiere
a la transposición del Carnaval al lenguaje de la literatura y su influencia
determinante con relación a esa.
Como el Carnaval, la carnavalización se identifica como
una inversión de valores, subversión cultural que desacraliza lo sagrado,
representando el mundo al revés. La carnavalización confronta y contesta,
desconstruye y construye el mundo.
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