Carnaval y Carnavalización

Carnaval reino utópico de la libertad, de la universalidad y de la igualdad humana, donde las tensiones no se rompen sino que se concilian. En la Edad Media era la segunda vida del pueblo. La visión carnavalesca del mundo medieval sería la de una segunda vida, un segundo mundo de la cultura popular, la parodia de la vida ordinaria.

El Carnaval desaparece con la distancia entre los hombres, entre lo sagrado y lo profano, es la parodia del cotidiano, una parodia que niega, rescata y renueva. Una parodia que refleja un mundo no oficial, rompiendo momentáneamente con las relaciones de jerarquía, privilegios, reglas y tabúes. Es la ruptura del tiempo cronológico y lineal, un regreso del hombre al tiempo mítico de los orígenes.

martes, 8 de marzo de 2011

Plaza Once: la Cuna del Samba Carioca


Vão acabar com a Praça Onze/ Não vai mais haver Escola de Samba, não vai...

Chora o tamborim/Chora o morro inteiro/Favela, Salgueiro, Mangueira, Estação Primeira/Guardai os vossos pandeiros, guardai/ Porque a Escola de Samba não sai...

Adeus minha Praça Onze, adeus/Já sabemos que vais desaparecer/Leva contigo a nossa recordação/ Mas ficarás eternamente em nosso coração/E algum dia nossa Praça teremos/E o teu passado cantaremos.

Praça Onze, 1942, letra y arreglo musical de Herivelto Martins y Grande Otelo﴿

Los versos de la canción Praça Onze de Herivelto Martins y Grande Otelo son un protesto contra la desaparición de la Plaza Once para la construcción de la Avenida Presidente Vargas y la letra y el arreglo musical fueron un éxito del carnaval carioca de 1942.

En 1810, dos anos tras la llegada de la familia real a Brasil, Don Juan VI creó la Ciudad Nueva, que iba de los actuales Campo de Santana al barrio de San Cristóbal, con calles rectilíneas y gran extensión de tierra, diferentemente del área central. También creó El Rey, una plaza, donde comenzaba el extenso manglar de San Diogo, cuyos límites territoriales son las actuales: calle Senador Eusebio, calle Vizconde de Itauna y calle de las Flores, El sitio recibió el nombre de Largo del Rocío Pequeño y siguió siendo desértico por un largo tiempo, debido a que su entorno era anegadizo y pantanoso, foco de mosquitos y enfermedades.

En 1842 el sitio recibió mejorías, fue cercado y gano una fuente neoclásica en piedra, inaugurada en 1848, proyecto de la Misión Artística Francesa y del arquitecto, August Henry Victor Grandjean de Montigny.

Un poco de África en Brasil

La Municipalidad, mudó el nombre del Largo del Rocío Pequeño para Plaza Once de Junio o popularmente conocida como Plaza Once. La mudanza del nombre se debió a la victoria de las fuerzas navales brasileñas contra el Paraguay en 1865, en la Guerra de la Triple Alianza. La Pequeña África en Brasil se extendía de la zona portuaria hasta la Ciudad Nueva y tenia como capital la Plaza Once. Su aparición está ligada a la modernización del Casco Antiguo de la ciudad de Río y a las reformas 1902-1906﴿ llevadas a cabo por el alcalde Pereira Passos, que expulsó la población más pobre del centro de la ciudad para las calles arrabaleras.

Por estar ubicada cerca del puerto, de la estación de trenes Central do Brasil y de algunas líneas de tranvías, el sitio albergó los ex esclavos que venían de las haciendas de café del Valle del Paraiba, también llegaron judíos, italianos y nordestinos, principalmente baianos.

Para el investigador e historiador Haroldo Costa, la Plaza Once es comparada a las más importantes plazas del mundo como símbolo de la cultura de un pueblo.

El primer gueto negro de Río de Janeiro

La nueva población formada de ex esclavos, baianos, blancos pobres, italianos y judíos que se estableció en la nueva zona eran obreros y braceros de varios oficios, y luego la Plaza se convirtió en refugio para los pobres y marginados. Para la Plaza convergían muchas de las calles aledañas de la zona central. En el alba del carnaval carioca en una tendencia colectiva y espontánea la Plaza Once fue escenario o destino de murgas, comparsas, bandas, parrandas, danzarines, disfrazados y finalmente de las Escuelas de Samba. En 1933, el alcalde Pedro Ernesto organizó el primer desfile oficial de las Escuelas de Samba en la Plaza Once, y la campeona del carnaval fue la Mangueira Estación Primera.

Las Escuelas recorrían las calles: Senador Eusebio, pasando por la Marqués de Pombal y llegando a la Vizconde de Itauna.

Las Tías baianas

Eran baianas mayores que ejercían un liderazgo en la organización de la familia, del ocio y de la religión – eran casi todas “madres de santos”, Entre muchas estaban: tía Amelia, tía Bibiana, tía Perciliana, tía Tereza, tía Gracinha y la más famosa de todas, Hilaria Batista de Almeida, tía Ciata 1854-1924).

Vivía en la calle Vizconde de Itauna en el barrio Ciudad Nueva en el corazón de la Plaza Once. En su casa ocurrían las conocidas “ronda de samba” y ahí frecuentaban los más famosos “bambas” de la ciudad Pixinguinha, Donga, Sinhó, João da Baiana y otros﴿. Ahí nació el samba de connotación folklórica y baiana).

Un sitio idealizado

Para el investigador e historiador, José Ramos Tinhorão, la Plaza Once fue siempre recordada de forma idealizada y hasta mismo los historiadores y cronistas de la ciudad nunca le dieron o le dedicaron mucha atención, y su nombre está siempre relacionado a la de la Ciudad Nueva. Para el historiador la fama de la Plaza Once es una leyenda. Aún para Tinhorão, la Plaza era realmente el sitio de encuentro y reunión de parranderos, durante el carnaval.

De hecho, a la Plaza solo le tocó su importancia como “cuna del samba carioca”, cuando de las reformas del alcalde Pereira Passos que empujaron la población pobre y marginada para los lados de Ciudad Nueva, al norte del Campo de Santana.

El “Estado Novo” y la Plaza Once

La intervención urbanística promovida por la construcción de la Avenida Presidente Vargas en 1942, derrumbó manzanas y caseríos enteros a lo largo de la Plaza Once y de la Ciudad Nueva, cambiando el paisaje local, empujando y expulsando su población para otros sitios, principalmente para los cerros cerca del centro o para las afueras. La Avenida Presidente Vargas, inaugurada el 7 de septiembre de 1944, una ancha y larga avenida, es el símbolo del “progreso y del trabajo”, que se sobrepone a la cultura popular espontánea.

Hoy en el mismo sitio donde antaño había la más famosa plaza de Río de Janeiro, o quizá de Brasil, se construyó un monumento de bronce y cemento en homenaje a “Zumbi de Palmares”. Dicen otros que en verdad es una celebración a todos los pueblos que allí habitaron. Yo prefiero como decía Heitor dos Prazeres, que allí nació – 1898 – y allí murió – 1966. Es un tributo a “la pequeña África en Brasil”.