Carnaval y Carnavalización

Carnaval reino utópico de la libertad, de la universalidad y de la igualdad humana, donde las tensiones no se rompen sino que se concilian. En la Edad Media era la segunda vida del pueblo. La visión carnavalesca del mundo medieval sería la de una segunda vida, un segundo mundo de la cultura popular, la parodia de la vida ordinaria.

El Carnaval desaparece con la distancia entre los hombres, entre lo sagrado y lo profano, es la parodia del cotidiano, una parodia que niega, rescata y renueva. Una parodia que refleja un mundo no oficial, rompiendo momentáneamente con las relaciones de jerarquía, privilegios, reglas y tabúes. Es la ruptura del tiempo cronológico y lineal, un regreso del hombre al tiempo mítico de los orígenes.

viernes, 23 de julio de 2010

Un GRANDE que se achica


Semanas después de la fatídica eliminación del seleccionado brasileño del Mundial de Sudáfrica, podemos decir sin la más remota duda, sin ninguna emoción y rotundamente. Parece que el fútbol del país se achicó. Los comentaristas deportivos que tanto vociferan por los cuatro rincones que nuestro fútbol es "el mejor del mundo" no han percibido que las cosas han cambiado, tenemos que concientizarnos que ya no somos los mejores.

Aquel fútbol avasallante, demoledor y jugado con frescura, dio lugar a un fútbol sin ánimo, sin recursos y sin entereza dentro de la cancha. Hoy por hoy, no somos mejores que nuestros rivales, no hay más gran diferencia entre ellos y nosotros. Es mejor bajar la pelota.

¿Quién tiene la culpa?

Luego del Mundial de 82 en España, tiramos por tierra aquel fútbol bonito, despejado y talentoso. Tras la derrota frente a Italia comenzaron a creer que era necesario cambiar. Y así lo hicieron. Pero lo hicieron para la peor. Decretaron el fin de nuestro fútbol, perdimos la identidad
Desde entonces prefirieron imitar a los equipos europeos, no respetando nuestras características.

Hoy la realidad es que tenemos un fútbol fuera de foco, que hace la plancha y que vuelve a las andadas - 3- 5 -2 ó 4- 4- 2.

Claro que lo económico nos quita lo mejor que tenemos. De hecho, se nos fueron y se nos van las figuras más importantes, quedaron pocos y los que quedaron son apenas buenos jugadores. No hay como retener algunas de nuestras estrellas, y al fin y al cabo, el nivel exhibido en el campeonato nacional es un espejismo.

El once canarinho ya no encanta el mundo, la gran mayoría de los jugadores actúan en el exterior, principalmente en equipos europeos, por lo tanto, son europeizados, juegan como europeos. Necesario sería que el entrenador - ¿Muricy Ramalho? - al frente de la selección canarinho rescatara la esencia del verdadero balompié tupiniqui - ¿el 4- 3 -3? Hay que moldearlo, darle estilo y recuperar su verdadera identidad.

Ese sería uno de los caminos para volver a soñar con la sexta estrella en nuestro historial. No hay más lugar para fracasos - el mundial venidero será aquí en nuestro país - la reacción se hace esperar. Estamos a la expectativa.