Carnaval y Carnavalización

Carnaval reino utópico de la libertad, de la universalidad y de la igualdad humana, donde las tensiones no se rompen sino que se concilian. En la Edad Media era la segunda vida del pueblo. La visión carnavalesca del mundo medieval sería la de una segunda vida, un segundo mundo de la cultura popular, la parodia de la vida ordinaria.

El Carnaval desaparece con la distancia entre los hombres, entre lo sagrado y lo profano, es la parodia del cotidiano, una parodia que niega, rescata y renueva. Una parodia que refleja un mundo no oficial, rompiendo momentáneamente con las relaciones de jerarquía, privilegios, reglas y tabúes. Es la ruptura del tiempo cronológico y lineal, un regreso del hombre al tiempo mítico de los orígenes.

viernes, 7 de agosto de 2009

Pocas observaciones sobre el español de Lima



por Ivana Millán

Desde que pisé en Lima mis oídos supersónicos se activaron. Antes tenía buenos oídos. Ahora son superdesarrollados, extraordinariamente amplificados, maximamente perfeccionados. Eso pasa con cualquier hablante razonable de español que se destine a un país de habla hispánica. Probablemente lo sabe Liège, probablemente lo supo Xuxa en sus años de aventuras hispaniolísticas. Estamos atentos a cada paso lingüístico excepcional, en la calle, en la familia, en el trabajo. Pero algo nos diferencia a mí y a Liège de la reina de los bajitos: somos profesionales de la lengua española [y portuguesa].

Cuando enseñamos español en Brasil, casi siempre mitificamos una lengua utópica. Un español sin errores, sin mobilidad y que predica la fidelidad histórica a los fonemas y formas. Pero no es así en ninguna parte del mundo.

Algunos pocos de los interesantes casos de la lengua española en Lima:

1. La gente [independiente de la clase social en que esté ubicada] insiste en decir "llevastes", "hicistes", "cantastes".

2. Las personas de la sierra tienen la tendencia de cambiar /i/ por /e/: /salir/ > /saler/.

3. De igual forma, estas personas producen "errores" de concordancia de artículo con sustantivo, típico en los hablantes de otros idiomas no-latinos (dado a que muchos hablan quechua como lengua materna), como "el papa", "la vaso", "un cosa".

4. En vez de "pues" acá se dice "pes" o "pe" (lo equivalente al "po" chileno). Me parece cute.

5. Noto más los préstamos (palabras extranjeras, del inglés, por ejemplo) que en los otros latino-americanos: food court, computer, bye...

Claro, esta lista si bien hecha subiría a 30 ó 40 ítemes fácil. Pero lo divertido es que uno descubra algunas cosas solo... nada supera esa cara de "WTF?" que hacemos al descubrir nuevas posibilidades de la lengua.

Les dejo, de curiosidad, el Diccionario de Peruanismos de la Academia Peruana de la Lengua.


3 comentarios:

  1. Magnifico post. Eso que has dicho uno solo percibe cuando está junto a los hablantes nativos. Cuando estuve en México lo supe. Eso para mí, es que hace de esa lengua la más maravillosa de todas, junto con la portuguesa es claro.

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  2. Tienes razón en la mayoría de puntos mor, respecto al 5to, no creo que sobrepasemos, por ejemplo, la cantidad de anglicismos que puede tener México por su mayor cercanía a USA, ya veras cuando viajemos por allá y experimentes el español del resto de países.

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  3. Muy bueno... me acuerdo que fuiste una de las primeras profes a me dar la conciencia de que las lenguas no son inmóviles y previsibles... eso hace qué? cinco años? jajajaj...
    gracias por los sitios!
    =D

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